sábado, 20 de septiembre de 2008

De lo extraña que es la naturaleza


Leyendo la Ética de los cuentos de hadas de Chesterton he descubierto que las leyes naturales son de lo más sorprendentes y extravagantes. Por ejemplo, todos vemos como lo más normal del mundo que las cosas se caigan para abajo y no para arriba y que las aves vuelen y pongan huevos, pero podrían caer las cosas de lado o no caer y podría no haber aves y si las hubiera podrían reproducirse por gemación o sencillamente no reproducirse sino ser inmortales y canoras suspendidas en el cielo como astros. Llamamos naturales a esas leyes no porque sean lógicas y esperables, sino porque son las que hemos encontrado. Lo que es lógico es que dos más dos sean cuatro, pero no que las flores tengan polen y que el agua se congele.
Pero a pesar de que la naturaleza podría haber sido totalmente distinta, uno no deja de preguntarse por qué de entre las infinitas variaciones posibles prevaleció justamente ésta. Eso la convierte en algo especial, casi definitivo, único, maravilloso. Por ejemplo, yo nunca dejaré de sorprenderme de cómo se hacen los niños. ¡Está tan bien pensado!

8 comentarios:

Ángel Ruiz dijo...

¿Excelente!

Ángel Ruiz dijo...

En realidad quería decir: ¡Excelente!

Jesús Cotta Lobato dijo...

Gracias, Ángel. ¿Has leído esta obra de Chesterton? Un abrazo

Ángel Ruiz dijo...

No ¿Dónde está editado?

Jesús Cotta Lobato dijo...

Bueno, no me he expresado bien. No es una obra de Chesterton, sino un capítulo de una obra provocadora que él escribió titulada Ortodoxia. Te la recomiendo.

José María JURADO dijo...

Yo tampoco dejo de sorprenderme: de la probeta al paritorio hay, cada vez más, una infinita gama de imposibilidades.

Raimundo Schmidt dijo...

Es curioso que la naturaleza sea para unos (Rousseau)al go tan bueno y para otros (Locke, Hobbes) algo tan adverso o en el mejor de los casos, útil, pero por ningún motivo una norma a seguir.
Es un amplio y complejo tema.
Si al asombro frente a "lo dado" y el descubrimiento de ese "orden" y sus leyes le sumamos el respeto, el amor y la adhesión, creo que, como humanidad comenzaríamos a resolver muchos de nuestros problemas.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Este es un tema que me fascina: ¿cuándo debe ser la naturaleza un criterio moral para nosotros y en qué sentido? Tu reflexión me aclara algunas cosas. Un abrazo