martes, 23 de septiembre de 2008

La planta espacial

Les compré en Burgos a mis hijas el año pasado lo que me vendieron por una planta espacial. Es un gurruño de estopa más seco y muerto que una piedra, pero cuando lo pusimos en agua, se abrió al cielo, se puso verde como un ciprés y contento como un prado tras la lluvia y comenzó a echar raíces. Luego lo pasé a una tierra que sólo ha regado Dios durante todo el año. Este verano volví a poner el gurruño en el agua y dado que parecía más muerto y seco que antes, pensé que le había llegado la muerte definitiva. Pero la planta espacial volvió a abrirse y a reverdecer. Para mí es casi tan asombroso como la resurrección de un muerto. Aun cuando en la Tierra sólo lloviera una vez cada milenio y el único ser vivo fuese esa planta seca que sólo resucita con esa lluvia, la vida no deja por ello de ser un milagro sorprendente: casi todo en el universo está muerto y por eso lo vivo me impresiona tanto.

5 comentarios:

Ángel Ruiz dijo...

Vaya, estás encadenando una serie sobre el asombro asombrosa (valga la repetición).

Jesús Cotta Lobato dijo...

Ha sido sin querer. Pero me has dado una idea. A ver si me asombro de más cosas. Un abrazo

Yo misma dijo...

Yo tengo tb una rosa de jericó, que me parece que es esa, la verdad es que es asombrosa, la joia por poca agua que le eche, me da las gracias,hace ya dos años que está conmigo y es verdad, es asombrosa. un abrazo

Jesús Cotta Lobato dijo...

Me temo que la planta de la que hablo no es una rosa de Jericó, o al menos no tiene nada de rosa. Pero si lo es, el nombre es precioso. Un abrazo

Anónimo dijo...

La llaman Rosa de Jericó. Yo tengo una. Venía con unas instrucciones muy curiosas sobre cómo ponerla en agua con determinados objetos: un anillo, una moneda,...(no recuerdo bien) Yo también la contemplaba asombrada; de un amasijo reseco, se abrió una planta verde y grande: mi hija y yo disfrutamos mucho con este pequeño milagro. La tengo que buscar y ponerla de nuevo en agua.
Un beso.